Siempre he tenido problemas con sandalias cerradas: rozaduras, ampollas o simplemente terminaba con dolor en el empeine. Me animé a probar SÁBILA por los comentarios… ¡y qué sorpresa! Desde el primer uso fueron suaves, cómodas y se adaptaron a mi pie. Caminé todo el día por el centro sin molestias. Ahora las recomiendo a todas mis amigas.

Me cuesta encontrar zapatos que sean bonitos, cómodos y distintos. Con SÁBILA fue amor a primera vista: combinan con vestidos, vaqueros, faldas… ¡todo! Además, el acabado artesanal se nota nada más verlas. Son como ese básico con estilo que te salva el look sin esfuerzo.

Siempre he tirado de sandalias baratas cada verano… y cada año acababa comprando otras nuevas. Vi las SÁBILA y me llamaron la atención, pero pensé ¿y si no merecen la pena?. Al final me animé y fue la mejor decisión: comodísimas desde el primer día, y el acabado se nota en cada detalle. No es gastar más, es comprar mejor.